La reducción de pecho o mamoplastia de reducción, es el procedimiento quirúrgico que se emplea para disminuir el tamaño de las mamas y conseguir que sean más proporcionadas al resto del cuerpo. La intervención consiste en extirpar grasa, tejido mamario y piel para conseguir el tamaño deseado. También podemos reducir el tamaño de las areolas en caso de ser necesario.
¿Para quién está indicada esta intervención?
Normalmente, esta cirugía es solicitada por mujeres descontentas con el tamaño de su pecho, que pueden padecer problemas físicos o psicológicos debido a no sentirse cómodas con el volumen exagerado de sus senos.
El factor estético también es un motivo importante por el cual las pacientes desean realizar esta intervención para conseguir una figura más proporcionada. En la mayoría de los casos, se espera hasta que la paciente tenga más de 20 años para que el pecho se haya desarrollado por completo y no se recomienda a mujeres que estén planeando quedarse embarazadas y dar lactancia, siendo preferible posponer la intervención hasta después de la lactancia.
¿Qué problemas suelen causar los pechos excesivamente grandes?
- Dolor de cuello y espalda debido al peso de las mamas.
- Irritación de la piel debido a la humedad y fricción de las mamas con el tórax.
- Fatiga y problemas respiratorios.
- Problemas de autoestima.
Previamente a la cirugía es necesario realizar un estudio mamográfico que se complementará con la exploración de los pechos en consulta, con el fin de que el cirujano plástico pueda evaluar la forma, el tamaño y las características de la piel. De esta forma, podremos determinar cuál es la técnica quirúrgica que debemos emplear y definir junto a la paciente cuál es la forma que tendrán las mamas una vez realizada la cirugía de reducción de pecho.
Existen diferentes técnicas para realizar la intervención, pero en la mayoría de los casos, suele ser suficiente con realizar una incisión circular alrededor de la areola, que se prolonga con una incisión vertical que va desde la parte baja de la areola hasta el surco submamario. En algunos casos, debido a la edad o al grado de caída de la mama, también puede ser necesario añadir una incisión horizontal en el surco submamario.
Una vez realizadas las incisiones, extraemos el exceso de grasa y de tejido mamario y se elimina la piel sobrante. Recolocamos la areola y el pezón en su nueva ubicación y procedemos a realizar las suturas. Lo más frecuente es que la areola mantenga la conexión con sus vasos sanguíneos y nervios, manteniendo la sensibilidad prácticamente en su totalidad.
Al finalizar la intervención, colocamos unos tubos de drenaje y vendamos los pechos. El vendaje se retirará a los pocos días y se sustituirá por un sujetador especial.
¿Cómo es el postoperatorio de la reducción de pecho?
Los puntos de sutura se suelen retirar a partir de los diez días. La paciente deberá llevar un sujetador especial día y noche durante unas cuatro semanas. Las molestias que causa la cirugía de reducción de pecho son leves o moderadas y se pueden controlar fácilmente con una analgesia suave.
Las mamas pueden sufrir una hinchazón moderada y también es frecuente que existan hematomas. También puede haber una reducción o pérdida de la sensibilidad en una o ambas areolas, que habitualmente se recupera con el paso del tiempo.
La paciente deberá seguir un control postoperatorio de mínimo seis a doce meses para observar la evolución de los resultados. Es importante destacar que, en caso de utilizar la técnica de “cicatriz corta”, en los primeros días tras la intervención tendremos unas mamas con una forma rara, con mucho relleno en la zona superior y debajo del pezón estará muy vacía, con arrugas y hematoma. Estas mamas sufrirán una hinchazón moderada durante las dos primeras semanas, normalizando progresivamente su forma a partir de la tercera semana y se normalizarán por completo al cabo de unos tres o cuatro meses, después de la intervención.
¿Cómo es el proceso de cicatrización?
Con el fin de facilitar el proceso de cicatrización y recuperación de la paciente, durante un tiempo habrá que evitar la práctica deportiva y otras actividades físicas intensas. Además de evitar la exposición al sol y de cuidar la piel de esta zona para favorecer a la cicatrización.
Este tipo de incisión tiene una cicatrización muy favorable, con una maduración muy rápida de las cicatrices, que suele ser de seis a nueve meses.
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