RINOPLASTIA
¿En que consiste, doctor, la rinoplastia?
La rinoplastia es una intervención quirúrgica mediante la que se puede cambiar el aspecto, la estructura y las deformidades de la nariz. Es posible reducir o aumentar el tamaño de la nariz, cambiar la forma de la punta, estrechar la anchura de las alas o modificar el ángulo entre la nariz y el labio superior. Además, podemos mejorar la respiración en aquellos casos en que hay una desviación del tabique nasal o evitar que la punta de la nariz se incline hacia abajo cuando nos reímos o gesticulamos. Muchas veces se consigue crear, mediante la rinoplastia, una nariz totalmente armónica con la cara del paciente, pero para ello es preciso realizar un estudio previo antes de operar, que evalúe el equilibrio y la armonía de las dimensiones de la cara. Por otra parte hemos de tener en cuenta que aproximadamente el 70% de los pacientes recurren a la rinoplastia por motivos estéticos y un 30% pasa por el quirófano para corregir alguna malformación que dificulta la respiración por vía nasal.
¿Qué técnicas requiere este tipo de intervención?
Esta intervención consiste básicamente en modificar las estructuras óseas y cartilaginosas nasales para conseguir una nueva forma que mejore la armonía facial. Esto se logra mediante dos tipos de técnica, la abierta y la cerrada. En la cerrada, las incisiones se practican a través de los orificios nasales, mientras que en la abierta (que se realiza sobre todo en casos más complejos de asimetría nasal) se realiza una pequeña incisión en la parte exterior de la base de la nariz (en la columela).
¿En qué consiste la rinoplastia de reducción y la rinoplastia de aumento con injerto?
La razón que mueve a la mayoría de los pacientes que operamos es tener una nariz muy grande o un sobrante del dorso nasal («nariz en pico de loro»). En estos pacientes lo que hacemos es una reducción de nariz. El caso contrario sería el de pacientes que, por su naturaleza o por una intervención previa, tienen una nariz demasiado pequeña en proporción con su cara y, en este caso, procedemos al aumento de nariz.
¿A qué edad es conveniente practicar esta intervención?
Se recomienda practicar esta intervención a partir de los dieciocho años.
¿Requiere el ingreso en clínica?
Sí, Generalmente se practica con anestesia general y, por tanto, requiere de un corto ingreso en la clínica; sólo en algunos casos especiales, como es el de la remodelación de la punta cartilaginosa de la nariz, se puede realizar sin ingreso hospitalario.
¿Son visibles las cicatrices?
No, ya que, en general, las incisiones son internas, a través de los orificios nasales.
¿Cuándo se puede hacer vida normal?
En esta intervención se colocan unos tapones nasales durante unas doce o veinticuatro horas y una férula de yeso durante unos siete o nueve días. Por otra parte, el hematoma desaparece entre los siete y diez días siguientes. Y el paciente puede hacer su vida habitual a los ocho o diez días de la intervención.
¿Ocasiona excesivas molestias esta intervención?
No. Esta intervención no produce, contrariamente a lo que pudiese parecer, dolor ni molestias excesivas. Durante las primeras veinticuatro horas tras la intervención, se puede sentir la cara hinchada, molestias en la nariz y dolor de cabeza, que ceden con la medicación. Aplicándose compresas frías disminuirá la hinchazón. Es normal también que durante los primeros días se produzca un ligero sangrado por la nariz. El paciente deberá evitar sonarse con fuerza durante una semana, hasta que los tejidos cicatricen. Asimismo, deberá evitarse practicar deportes como natación, footing o gimnasia durante dos o tres semanas. Y deben evitarse golpes en la nariz y tomar el sol durante ocho semanas como mínimo.
¿Cuándo pueden verse los resultados definitivos?
Varios meses más tarde; a veces, hasta un año. La mejoría es progresiva y gradual, y ya a los quince días, cuando ha bajado la inflamación, se aprecian los primeros resultados, pero una mínima hinchazón, sobre todo en la punta de la nariz, puede durar varios meses.
¿Qué riesgos presenta esta intervención?
En muy pocos casos puede haber alteración en los resultados, como una desviación lateral de la nariz o un crecimiento del dorso nasal, generalmente de tipo cicatrizal. A veces se requiere un retoque quirúrgico, generalmente con anestesia local, pero nunca antes de ocho meses de practicada la rinoplastia.