En la mayoría de los casos, las mujeres con pechos muy grandes y caídos se sienten incómodas en su día a día debido al exceso de peso y de volumen de sus mamas. Esto les provoca problemas físicos, como el dolor de espalda o la aparición de rozaduras, entre otros. Además de ser un dolor de cabeza a la hora de encontrar prendas de su talla que les sienten bien.
Las pacientes que acuden a consulta solicitando una reducción de mamas tienen muy claro que el volumen de sus pechos es un inconveniente para su día a día y desean la reducción del busto, técnicamente conocida como la mamoplastia de reducción, para sentirse más cómodas.
La técnica quirúrgica consiste en retirar la grasa, el tejido glandular y la piel de los senos necesarios para reducirlos de manera uniforme y hacerlos más ligeros y firmes. También se puede reducir el tamaño de la areola.
En la mayoría de los casos, para realizar la reducción de mamas, se realiza una incisión circular alrededor de la areola, prolongada por una incisión vertical que va desde el borde inferior de la areola hasta el surco submamario. Este tipo de incisión tiene una buena cicatrización. Por otra parte, en los casos en los que el grado de caída de la mama, es muy excesivo, se añade a las incisiones anteriores, una incisión horizontal en el surco submamario, que quedará oculta por la misma caída de la mama.
Esta intervención requiere de una baja laboral mínima de entre tres a cinco días, que puede prolongarse en pacientes que realizan trabajos con esfuerzo físico y cómo cuidados específicos requiere que la paciente lleve un sujetador deportivo día y noche durante unas cuatro semanas, además de seguir un control posoperatorio en consulta de mínimo seis a doce meses.
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